miércoles, 14 de abril de 2010

Huelga por dejarles sin cerveza las horas de trabajo


Trabajar en la factoría Carlsberg, en Dinamarca, podría ser el sueño de muchos: dar lo mejor de uno mismo para que tanta en gente en el mundo fuese feliz y, además, poder beber cerveza cuando más te apeteciese, incluso durante las horas laborales.

Posiblemente era el mejor empleo del mundo. Hasta ahora.

Los infames “cuellos blancos”, esos malignos directores que tan poco valoran el bienestar del obrero han decidido que los que trabajen para el gigante verde (de la cerveza, no del maíz) ya no podrán tomar cerveza en los descansos. Sólo podrán, como mucho, tomar café o refrescos.

El dorado néctar de los dioses, la sensual hada rubia, el espumoso faro de la vida, el burbujeante optimismo concentrado en lata o en botella, la brillante felicidad envasada… quedará relegada a la hora de las comidas.

Por eso los heroicos trabajadores de la factoría han decidido ponerse en huelga ante tal abuso, tal afrenta y tal discriminación. Y es que, mientras los trabajadores de fábrica tienen que someterse a la prohibición, los transportistas pueden seguir bebiendo hasta tres cervezas al día.

Jens Bekke, portavoz de los obreros, ha declarado que 800 empleados ya están concienciados y que 250 no han vuelto a trabajar desde que se hizo efectiva la medida.

Por supuesto el parón afectará a la distribución de la cerveza pero, compañeros, hagamos también nuestra esa lucha. No permitamos que los empleados de Carlsberg trabajen en un infierno.

¡Ondeemos nuestras jarras vacías a media asta por la terrible noticia, pero elevemos nuestros rostros, miremos hacia Dinamarca y digamos “Creemos en vosotros, compañeros del barril del metal. La lucha será dura, pero podéis contar con nosotros”!

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